miércoles, 9 de septiembre de 2009

La juventud es una enfermedad que se cura con la edad

La juventud está fatal. La juventud de los ricos también. Ellos que pueden pagarse los cubatas en los pubes y discotecas, se ponen a hacer botellón y a las primeras se ponen a defender a los violentos y agredir a la policía. La culpa, según los tertulianos de programas de radio: del sistema educativo. Los profesores tienen que decirles a sus alumnos que beber en la calle es malo y que a la policía no se le agrede. Los padres en los pubes y discotecas.
Cuando una generación comienza a plantearse: en manos de quiénes vamos a dejar el mundo, que tanto trabajo nos ha costado construir: chungo, los adultos ya son ancianos, sin memoria, sin recuerdos de las trastadas que hacían de jóvenes, de lo que hicieron pasar a sus progenitores la generación del mayo del 68, de los hipis del sexo, droga y rock and roll, que hacían decir a los adultos: en qué manos vamos a dejar este mundo que tanto nos ha costado construir. La juventud está fatal... como siempre.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Septiembre...

Ya estamos al otro lado. Ha llegado septiembre, el mes de todos los comienzos, los re-comienzos.
Como el que no quiere la cosa han bajado las temperaturas -volverán a subir, seguro-, la playa parece que no apetece -a los que la tienen cerca-, la arena está fría, el agua también. Los chiringuitos están en silencio, se oyen las olas al llegar a la arena y retroceder -lo puedo ver todo en mi imaginación, que no insitu-.
Los programas de televisión tienden a mejorar -eso espero-. Los políticos, bien morenos, se preparan para el nuevo curso -seguro que suspenden, espero que no-.
Volverá la inspiración para escribir: no es el caso ahora que ando un poco melancólico. Recuerdo, cuando era niño, que lloraba cuando acababa el verano: ya he acabado más de cincuenta... como el que no quiere la cosa... ya no lloro.