Los más ignorantes: como yo, pensamos que podemos arreglar el mundo. Estamos apabullados con los acontecimientos de los que nos informa la prensa sobre los problemas económicos de Grecia o Portugal y de los que nos podrían ocurrir en España. Hace varios años, Aznar, cuando España iba bien, nos metió en el €uro. La madrugada de año nuevo de 2002 todos corrimos a los cajeros a retirar nuestros primeros billetes con los que pagamos nuestros primeros cafés de nuestro segundo año capicúa (a €uro, por cierto, nuestra nueva moneda de 20 duros). Hoy tememos que tengamos que volver a nuestra triste peseta, que nos echen de esa zona privilegiada que maneja a su antojo un tipejo con los calcetines rotos. Nos quieren acojonar con los planes de rescate del Mercado Común Europeo, que es más mercado que común. Pero eso no es lo más inri. Lo peor es que nos confunden. Los ignorantes como yo no sabemos quién está en quiebra: sin los gobiernos de Grecia y Portugal o los ciudadanos griegos y portugueses. Tampoco sabemos porqué. Que ha ocurrido con el dinero, ni si tiene arreglo, ni si hay voluntad de que se arregle. Ni siquiera sabemos si unos pierden y otros ganan, ni cuanto... soy un pobre ignorante, pero no sé si más ignorante o más pobre.