Viene la Merkel... a joder la marrana (le podemos incrustar una coma por algún sitio al último párrafo) a decirle al gobierno que siga recortando los derechos de los trabajadores, que vamos bien. Piensa que los empresarios son tan buena gente que dirán, sinceramente, cuando ganan y cuando pierden, cuantos y cuando tendrán beneficios en sus cuentas (los únicos que tienen beneficios son los chinos, -no quiero parecer xenofobo-). Los sindicatos alemanes le dicen a la teutona que arregle lo suyo y no le diga a los demás lo que tienen que hacer.
Tampoco quiero parecer machista, que por mi edad ya podría serlo. Siempre pensé que cuando la mujer (en general, no solo la merkel), llegara al poder, el mundo (en general, no solo Doishland) se volvería más vivible, más humano; pero no, me equivoqué. Ocurrió en Jerez también, solo una mujer podría desbancar a Pacheco, y lo hizo, pero la cosa no fue a mejor ni de coña. Probablemente sin proponérselo, sin que sea adrede, pero cero patatero.
Recapacitando creo que podríamos llegar a la conclusión de que la clase política carece de clase. Que mientras no somos votantes somos contribuyentes, clientes o directamente basura. No creo que la culpa sea de la democracia, tal vez sí de la falta de ella (de democracia) en los partidos políticos, y que lo que verdaderamente les preocupa, una vez llegan al poder, es satisfacer sus propias necesidades... y creárnoslas a nosotros (las necesidades).