Parece evidente que los rebeldes libios tienen la batalla perdida. No por falta de implicación del pueblo, harto de ser pobre a costa del derroche de sus dirigentes, sino por ser éstos los proveedores del petroleo que necesitamos ahorrar los demócratas. Los G8 (esos), que tienen tanto que agradecer a los dueños del petroleo y la ONU que es una amalgama informe y sin ideales humanos ni humanitarios, no se pondrán de acuerdo sobre si una masacre interna se debe parar antes de que se convierta en holocausto. Los crímenes de la humanidad tienen que ser denunciados por fiscales independientes y al día de hoy nadie es independiente del petroleo. Mientras se lo piensan seguirá muriendo por la patria gente que no sabe que la patria es el dinero. Y que si no lo tienes y no tienes posibilidad de tenerlo en un futuro próximo, no tendrás avalistas. Razones de economía... política.
Por otra parte decir: que ganar una revolución no garantiza a nadie que las cosas cambien. Pero esa es otra cuestión.